La atención plena o mindfulness implica orientar toda nuestra atención en el presente y poner en pausa el pensamiento resolutivo, o sea dejar de lado cualquier idea o sensación que no esté relacionada estrictamente con lo que estemos por realizar.
Al aplicar esta práctica a los hábitos alimentarios, es decir al conectar las sensaciones físicas con las emociones al comer; nos hace estar más conscientes de lo que nuestro organismo realmente necesita.
La alimentación consciente (o Mindful Eating) se convierte también en una herramienta muy útil para contrarrestar los efectos colaterales de los tratamientos oncológicos y brinda diversos beneficios:
Conecta a la persona con el placer que proporciona comer, permite concentrar toda la energía en las sensaciones que proporciona saborear, masticar y tragar ese alimento.
- Mejora hábitos alimentarios.
- Facilita la digestión, los alimentos se perciben más livianos en el organismo.
- Colabora en el control, aumento o descenso de peso, se logra mayor consciencia acerca de las sensaciones físicas (hambre o saciedad).
- Permite descubrir nuevos sabores e incorporar mejor los nutrientes.
Para llevar adelante estás prácticas hay que lograr implementar tres estrategias fundamentales:
Poner los cinco sentidos a disposición de la alimentación
La primera de las tres estrategias para llevar adelante una alimentación consciente consiste en exagerar o incrementar al máximo la capacidad de prestar atención a lo que perciben todos los sentidos al momento de comer. Esto permite, desde el punto de vista orgánico fisiológico, que los alimentos estén más conectados con nuestro organismo. Que antes de incorporarlos, los podamos “sentir” a través del aroma o el tacto; y que al momento que llegan a la cavidad oral puedan estar más tiempo allí sin pasar desapercibidos. En esa instancia, la saliva puede comenzar la digestión liberando enzimas que habitualmente casi ni se usan, ya que se suele comer tan rápido que este paso se saltea, y es por ello que el alimento no permanece en la boca el tiempo suficiente.
Poner en práctica la gratitud
Como hemos detallado, las emociones juegan un rol importante en la alimentación diaria. En el caso de la alimentación consciente conectar el cuerpo con emociones positivas como la gratitud, puede conducir no solo a llevar hábitos más saludables sino también a incorporar de una mejor manera lo que consumimos. Asimismo, en personas que se encuentran bajo tratamientos oncológicos, las mejores conductas emocionales reducen los sentimientos negativos que puedan surgir a diario; contribuyendo al aumento del apetito, las ganas y la autoestima. Es por ello que dedicar unos minutos diarios a agradecer el plato de comida que tenemos delante es un ejercicio individual pero también grupal para hacer en familia, para valorar lo que cada uno aporta, que habitualmente pasa desapercibido, pero que realmente es un acto de amor hacia el otro y también hacia uno mismo.

Concentrarse en el significado de los alimentos
Los alimentos dan energía y proporcionan al cuerpo, y principalmente al sistema inmune, todo lo necesario para su defensa, su regeneración y pronta recuperación en cada tratamiento; además de colaborar en la elaboración de los anticuerpos que el organismo necesita ante posibles infecciones.
La alimentación consciente transforma en imágenes las etapas de ese proceso nutritivo. Traducir cada bocado en representaciones que se ajustan a la personalidad o vivencias particulares, y la concentración en su significado genera que cada persona sea la protagonista de su propia historia, que se convierta en proactiva y no en alguien pasiva que solamente soporta lo que le sucede. De esta manera se logra focalizar la atención en símbolos y sentimientos positivos hacia el organismo.
La alimentación es un pilar fundamental en los tratamientos oncológicos. Considerarla en forma holística, a través de la alimentación consciente, puede convertir la mente en aliada para sanarse o no enfermar, y también para lograr una relación mente-cuerpo más saludable, con mayor serenidad y optimismo en pos de los objetivos y metas a alcanzar.