Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
El diagnóstico de cáncer vuelve a golpear la puerta y con él, algunas emociones y muchas preguntas aparecen.
Primero algo de información (1)
Llamamos recurrencia o recidiva a la aparición o detección de la enfermedad luego de un tratamiento primario y de un período sin evidencias de la misma. Esta recurrencia se produce porque algunas células del cáncer permanecen latentes en el cuerpo, a pesar de todos los esfuerzos para eliminarlo. Existen diversos tipos de recurrencia:
▪ Local: el cáncer está en el mismo lugar que el original o muy cerca de él.
▪ Regional: el tumor ha crecido en los ganglios linfáticos o en tejidos cercanos al cáncer original.
▪ A distancia: implica que el cáncer se ha diseminado o extendido a órganos o tejidos lejos del cáncer original.
La misma podría ser diagnosticada en los exámenes de control o debido a que el paciente presente síntomas o signos que hagan sospecharla.
Pero, ¿tienen tratamiento las recurrencias? (5)
Claro que sí. De hecho, en muchos de los casos, las recurrencias pueden curarse. Cuando esto no sea posible, entonces la alternativa pasa por enlentecer el crecimiento y aliviar los síntomas. El tratamiento va a depender de muchos factores como el tipo de cáncer, de recurrencia, el tratamiento recibido antes y la respuesta al mismo, el estado general y los deseos de cada paciente.
En los últimos años, los principales avances de la oncología, radioterapia y cirugía se han dado en este momento de la enfermedad, con respuestas muy alentadoras.
Desde la salud mental (1,3)
La recurrencia despierta muchas emociones y sentimientos, quizás los mismos que surgieron cuando el diagnóstico llegó por primera vez. Suelen ser los más frecuentes:
▪ Miedo: El impacto de que el cáncer haya vuelto a aparecer después de suponer que ya no estaba puede causar temor.
▪ Culpa e Inseguridad: dudar si el tratamiento anterior fue el indicado, si los médicos hicieron lo correcto, si como paciente podría haber cambiado algo para evitar la recurrencia.
▪ Enojo: Consigo mismo, con la vida, con los médicos. Aparece la pregunta: ¿por qué de nuevo a mí? ¿Qué hice mal?
▪ Tristeza: Porque pese a todo lo que pasó con el primer tratamiento, el cáncer volvió.
Todas estas emociones son normales, no hay que negarlas ni pensar que algunas de ellas son malas, lo importante es poder gestionarlas, hablar de lo que está ocurriendo, identificar pensamientos disparadores de ciertos sentimientos para poder intervenirlos a tiempo y buscar apoyo con profesionales del área si es necesario.
Cada paciente tendrá una experiencia diferente, dependiendo de los recursos internos que posea, el nivel de apoyo recibido. Dedicar tiempo para hacer algo que sea de su agrado podría ser una buena estrategia para sentirse mejor y conectarse con otras personas. (3)
Desde la nutrición (2)
Dependiendo del tratamiento y del estado nutricional previo puede ser que algunas cuestiones cambien con respecto a la alimentación, ya que será un pilar fundamental para sentirse bien. Mantener una alimentación completa, suficiente, armónica y adecuada, asesorado por un especialista permitirá llevar a cabo medidas o modificaciones para tolerar mejor ciertos fármacos y para mantener fuerte el sistema inmunitario.
Tratamiento del dolor (4)
Los dolores o malestares que desmejoran la calidad de vida de los pacientes tienen tratamiento: una consulta a tiempo con el médico podría ayudar a realizar intervenciones terapéuticas que alivien el sufrimiento y brinden mejoría.
Conclusiones (1)
El paciente debe pensar que esta vez tiene como ventajas que ya pasó por algo similar, ya conoce al equipo que lo trata y a la institución donde se atiende, ya sabe más del tema y debe entender que siempre habrá un equipo de profesionales dispuesto a acompañarlo y a decidir junto a él y sus familiares que es lo mejor y más conveniente para su caso.
Es importante tener presente que hoy hay muchas posibilidades de tratamiento, muchos nuevos avances en el campo de la oncología, como así también resaltar la importancia de realizar los controles para detectar tempranamente una eventual recurrencia y así poder actuar oportunamente con mayores posibilidades de curación.
El paciente debe saber que él es protagonista de su tratamiento, que tener una buena comunicación, hablar de lo que siente, manifestar sus dudas, sus deseos y opiniones con su oncólogo y equipo tratante le ayudará a sentirse más tranquilo, a tomar decisiones sobre su tratamiento y de esta manera afrontar mejor esta etapa de su vida.